jueves, 8 de marzo de 2012

Terrorismo doméstico en el Día de la Mujer


Enviado por José M. Balbuena Castellano
“Son mis hijos y hago con ellos lo que me da la gana”, o si no, se lo aplican a la mujer, a la esposa, a la pareja de turno, en términos parecidos. O parafraseando aquella comedia de Francisco Ramos de Castro: “La maté porque era mía”.
Así es la mentalidad  de esas personas que aún abundan en este país y que propician lo que se denomina hoy “violencia de género”, pero que habría que cambiarlo por el término de “terrorismo doméstico”. Auténtico terrorismo por lo indefensas en que se encuentran las víctimas, que pueden ser niños pequeños, adolescentes, ancianos, o la propia esposa. Es posible que también se dé al revés, se decir, que sea la mujer la que maltrate al hombre, o a sus hijos. Con el hombre es más difícil que se propase en agresiones físicas, pero sí es posible que lo haga con falsas denuncias (que también se producen)  con malos tratos sicológicos, ya que algunas mujeres también suelen ser muy refinadas cuando aplican  estos métodos. De todas formas, es cierto, por las estadísticas, es más frecuente que sea el hombre quien maltrata a la mujer.
Se habla más del machismo que impera en las casas de familia, que de los malos tratos infligidos por las mujeres. España ha sido siempre un país machista, y la misma religión mayoritaria practicada por los españoles, también lo ha sido ( especialmente en la época franquista la mujer tenía que estar sometida al hombre para agradarle y darle hijos, claro). Pero existen  innumerables refranes y citas y hasta chistes (que ninguna gracia hacen) en todo el mundo, extremadamente machistas.
Los que maltratan a las mujeres suelen ser unos cobardes que, además, no conciben que “su mujer” sea insumisa, que no le obedezca, que no se pliegue a sus caprichos y tiranías. Se convierten, a veces, en auténticos esquizofrénicos y finalizan con sicopatías, algunas de ellas letales, como se está comprobando en los últimos tiempos. La ETA en sus años de terror, ha matado a cerca de 1.000 personas inocentes. ¿Pero cuántas mueren en sus hogares o víctimas de  estos desalmados que actúan sin piedad, e incluso llegan a matar a sus propios hijos? ¿Como es posible que una persona mate a un hijo del matrimonio, por venganza contra su mujer, cuando han decidido (o al menos ella) separarse porque la convivencia se hacía insufrible? Algunos, después de asesinar a su esposa e hijo, se suicidan. Desde luego no parece que sea una cabeza que rige bien.¿Por qué no invierten los términos y se suicidan, sin más? Especialmente se prodiga en los matrimonios separados en los que el hombre no acepta esa separación y termina matándola.”La meté porque era mía”, siguen pensando.
 Pienso que la convivencia doméstica tiene mucho que ver en lo que sucede. Me  refiero a “la buena convivencia”, que parece que no la enseñan en ninguna parte. E incluso, el actual partido en el gobierno la ha suprimido porque afirma que adolece de “adoctrinamiento”.. No creo que cueste tanto hablar con amabilidad y respeto, tanto por parte de los mayores que ahí habitan, sean padres, abuelos, tíos, como de los niños y adolescentes.  Si no se logra este objetivo, esto será el comienzo de la anarquía doméstica. Algo fundamental está fallando en esa convivencia y esto acarreará malas consecuencias paras todos los que allí habitan, si ocurre de forma continuada y en presencia de los niños que sonocomo esponjas que absorbe todo lo bueno y malo que ven, oyen, experimentan.
 En la violencia con los niños, que puede darse tanto en padres como en madres, los progenitores marcan las pautas de comportamiento en lo tocante a la obediencia y disciplina en el hogar, y si no se siguen sus pautas, los pequeños  son los que  pagan las consecuencias. Los gritos, los malos tratos físicos, las riñas frecuentes de los padres en su casa, los castigos injustos, son pésimos ejemplos que  dejan sus secuelas en el subconsciente de los menores que repercutirán     negativamente en sus futura conducta y comportamiento. En ocasiones, son las palabras que les  dirigen, los pensamientos negativos,  los que también hacen mellan en su mente, en su autoestima. “No sirves para nada”. “Eres un inútil”. “No serás nada en la vida” “Que poca inteligencia tienes” y cosas por el estilo... Son sentencias que se van clavando en la mente del niño, que son muy vulnerables en este sentido.  A veces las palabras hacen más daño que un castigo corporal. En cambio, una mirada tierna, unas palabras amables, o de estímulo, producen efectos positivos en el niño. Pero esto se olvida con frecuencia y surge en el hogar una escalada de violencia y despropósitos que terminan rompiendo a la familia. Pensar y reflexionar cuesta a veces bastante a muchas personas.
Así que con la extraña forma de  pensar de ciertos “machos ibéricos” (de la que no se libran en ocasiones las “hembras ibéricas”) no es extraño que el machismo se encuentre todavía latente en demasiados hogares españoles y broten de vez en  cuando esos signos de “terrorismo doméstico”, que no han podido erradicar ni las leyes de la democracia y ni las medidas preventivas.
También es cierto que no se conocen todos los casos de violencia doméstica porque algunas mujeres no se atreven a denunciar al agresor y maltratador por el miedo que le tienen, o porque dependen exclusivamente de él. Pero deberían perder ese pánico y ponerse en contacto con las asociaciones e instituciones que ayudan a las mujeres, o denunciar en las comisarías el más mínimo maltrato. El maltratador irá cada vez a más, porque en la mayoría de los casos, se considera impune.
El machismo, o los malos tratos a los hijos o a las esposas no es exclusivo de España, por supuesto. En los países latinos es muy frecuente, así como en las naciones  musulmanas (donde la mujer está relegada a un segundo término y se encuentra completamente sometida al marido, e incluso por los preceptos religiosos). También hay naciones africanas con demasiado machismo y en otros del sur de Europa, aunque, muy pocos países del mundo se ven libres de estas lacra. Hasta hace bien poco era una desgracia que naciera una niña en China, en vez de un niño.
En España, la discriminación de la mujer se observa incluso a la hora de percibir salarios, porque generalmente, es menor que el del hombre, aunque realice el mismo trabajo.  Hay otra clase de terrorismo con las mujeres como es el caso de la práctica de la ablación en determinadas etnias africanas,;con la trata de blancas, (proxenetas, ventas de esclavas para harenes, etc. ) con el maltrato sicológico en el trabajo (mobbing),   y también hemos vivido horrorizados con las noticias de asesinatos  de cientos de mujeres en los desiertos mejicanos y en otros lugares de este enloquecido planeta.
La prevención contra tales  desmanes en nuestro país (y Canarias es una de las regiones con más alto índice de violencia machista) tiene que salir de la educación, de la escuela, de enseñar a los niños, desde pequeñitos, a respetar a sus compañeras, a aprender a valorarlas, Pero al mismo tiempo de las enseñanzas y experiencias que reciban en su hogar. Un hogar violento produce niños violentos. Un hogar donde el padre no respeta a la madre (o viceversa) tampoco es un buen ejemplo para los menores y tendrá sus consecuencias.
Y por último, hay que reforzar las leyes y medidas que tienden a proteger a las mujeres de sus maridos, o ex- cónyuges violentos, para  evitar que estos hechos lamentables se repitan, para que no se produzca nunca más el “ terrorismo doméstico”.

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