jueves, 27 de diciembre de 2012

El policía Samuel Ortiz, los días de Navidad


-¿Pero qué haces hombre de Dios? ¿Dónde estás?
Rita María Peña ha cumplido años recientemente y al borde de la madurez las Sagitario todavía son apasionadas, viajeras, exploradoras de hombres en estado de sitio. Etéreas y materiales a un tiempo. Fuego decreciente, pero aún con brasas. ¿Cómo andará de físico?
-Cojo el coche y voy a buscarte. No nos vas a dejar colgados precisamente esta noche. Tu plato y tus cubiertos están colocados en la mesa, así que te esperamos. Es más: no vamos a empezar hasta que no estés presente.
Una mujer de acción, de las que le gustan.
-Les ruego a todos que me disculpen esta noche. Les agradezco su invitación, pero otra vez será.
-Eres un majadero. Espero que te animes y vengas por casa otro día. Tienes que prometérmelo.
-Así lo haré. Y gracias de nuevo.
Más dispuesto, el domingo 25 se echa un extra. Hay un sol radiante para fotografiar el arbolito de Navidad junto a las hamacas playeras y el belén gigante de arena, la típica estampa subtropical cuando el continente está sometido bajo gruesas capas de nieve. Eligió el cabrito con batata frente al cherne en salsa de millo y la vieja guisada, probó el mojo y de postre prefirió el mus de tuno. Hoy es un día para almorzar como mandan los cánones; entre nubes y claros incluso hay personal con sus toallas y sus remojones, sus cremas bronceadoras, las resacas al sol son mejores. Pero sin las emociones de la liga de fútbol el domingo se vuelve un puro muermo. ¿Qué sucederá el día que el Barça tan sólo juegue la liga catalana y el Athletic, el Osasuna, el Alavés y la Real queden recluidos en la de Euskal Herría? Va a ser que el fútbol es lo único que nos mantiene unidos. Así que pensará en las musarañas.
Le gustaría que este día pasara de una puñetera vez, que se olvidara de él. Que desaparecieran los monigotes de Papá Noel, esos machangos blanquirrojos escalando las vulgares fachadas. Menos mal que se ha traído algunos de sus buenos discos, a pesar de que detesta hacer las maletas y preparar una mudanza es uno de sus mayores traumas alcanzó cierta calma para picotear aquí y allá. Y como fondo de una larga siesta mental escucha a Count Basie y Duke Ellington, viejos temas del Conde y del Duque que parecen tan frescos como la intensa luz de esta tarde en que medio planeta se hiela. También el profundo quejido de la trompeta de Lester Bowie en The Great Pretender, uno de esos temas prodigiosos de pura vanguardia. Lo mejor que podemos hacer es guardar en el disco duro lo mejor de nuestras vidas, y encapsular otros acontecimientos para mandarlos directamente a la papelera de reciclaje. Aleja la crisis de ansiedad, consigue controlar, está entrenado. Por suerte mañana es laborable, pasará la gran barahúnda, poco a poco todo irá volviendo a la normalidad.
 (Fragmento de mi novela LOS BUENOS NEGOCIOS, Centro de la Cultura Popular Canaria, 2009. Ilustración: vista parcial del belén de arena de la playa de Las Canteras, año 2012)

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